Perspectivas de un alto el fuego entre Israel y el Líbano
Las tensiones entre Israel y la milicia libanesa Hezbolá podrían estar a punto de disminuir, ya que ambas partes se están acercando a un acuerdo de alto el fuego. Los funcionarios israelíes prevén que el gabinete se reunirá el martes para deliberar sobre una propuesta de tregua de 60 días destinada a poner fin a la violencia en curso. Esto se produce en medio de un alarmante repunte de las hostilidades, lo que pone de relieve el frágil estado de la paz regional.
Marco de la tregua propuesta
El alto el fuego propuesto abarcará varios elementos críticos destinados a estabilizar la región:
- Retirada de las fuerzas israelíes del sur del Líbano.
- Reducción de la presencia militar de Hezbolá en la zona.
- Mayor despliegue del ejército libanés para supervisar estos cambios.
Un diplomático occidental, que habló bajo condición de anonimato, indicó que ambas partes están ultimando los detalles, a pesar de las recientes escaladas del conflicto. Durante el fin de semana, se lanzaron aproximadamente 250 proyectiles hacia Israel desde el Líbano, la mayoría de los cuales fueron interceptados por las defensas israelíes. En represalia, la Fuerza Aérea israelí ha atacado presuntas posiciones de Hezbolá en Beirut y otros lugares.
Según el vicepresidente del Parlamento libanés, Elias Bou Saab, actualmente no existen “obstáculos graves” que impidan un alto el fuego. Se dice que una cuestión clave en materia de vigilancia se ha resuelto con la participación de un comité integrado por cinco países, entre ellos Francia, y presidido por Estados Unidos.
Sin embargo, la insistencia de Israel en mantener opciones militares si Hezbolá se restablece en el sur del Líbano sigue siendo polémica. Esta condición ha encontrado resistencia tanto por parte de Hezbolá como del gobierno libanés. El enviado estadounidense Amos Hochstein ha subrayado que el tiempo es esencial para este acuerdo de alto el fuego.
Contexto más amplio y reacciones internas
Aunque hay indicios de un posible avance en las negociaciones, la política interna en Israel complica las cosas. El ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, se ha opuesto públicamente a un alto el fuego, calificándolo de “grave error”. Sostiene que, dado que Hezbolá se encuentra actualmente debilitado militarmente, Israel se enfrenta a una “oportunidad histórica” de derrotar decisivamente al grupo.
Desde finales de septiembre, cuando la violencia se intensificó drásticamente, las autoridades libanesas sostienen que cualquier acuerdo debe ajustarse a la Resolución 1701 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que ordena la retirada de Hezbolá de zonas específicas a lo largo de la frontera entre Israel y el Líbano. Sin embargo, ambas naciones se acusan mutuamente de violaciones relacionadas con incursiones militares y violaciones del espacio aéreo.
Trágicamente, las repercusiones humanitarias han sido graves: desde octubre de 2023, se han registrado en el Líbano más de 3.750 muertos y más de 15.600 heridos. Además, más de un millón de personas han sido desplazadas de sus hogares como consecuencia del conflicto en curso.
Mientras continúan las discusiones sobre un posible alto el fuego, los actores regionales siguen abrigando la esperanza de que los esfuerzos diplomáticos puedan prevalecer sobre los enfoques militaristas para abordar este conflicto de larga data.