Los ataques aéreos israelíes devastan Beirut y dejan víctimas a su paso
Un importante ataque aéreo israelí ha provocado la destrucción de un edificio residencial en el corazón de Beirut (Líbano). Los informes de las agencias locales confirman que al menos cuatro personas perdieron la vida y más de veinte resultaron heridas. Este incidente marca una preocupante escalada en el conflicto en curso entre Israel y Hezbolá.
El impacto de los ataques recientes
El ataque se produjo alrededor de las 4:00 hora local (2:00 GMT) del sábado, y tuvo como objetivo un edificio de ocho pisos en el densamente poblado distrito de Basta. Según la Agencia Nacional de Noticias del Líbano (NNA), el edificio fue destruido por cinco misiles, lo que provocó pánico y destrucción generalizados.
Tras el ataque, los equipos de respuesta a emergencias trabajaron incansablemente entre los escombros, buscando sobrevivientes en medio de una nube de humo que se elevaba desde un gran cráter dejado por la explosión.
Este ataque aéreo forma parte de una campaña militar más amplia iniciada por las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) contra Hezbolá que comenzó en septiembre. La ofensiva se intensificó tras los ataques con cohetes de Hezbolá contra Israel, que se lanzaron en apoyo de Hamás después de su mortal asalto al sur de Israel el 7 de octubre de 2023.
Contexto más amplio y conflicto en curso
Las hostilidades en curso han provocado un número asombroso de víctimas y desplazamientos. Según las autoridades libanesas, más de 3.500 personas han muerto como consecuencia del conflicto, mientras que más de un millón se han visto obligadas a huir de sus hogares. Entre los objetivos militares de Israel figura facilitar el regreso de aproximadamente 60.000 residentes desplazados de las comunidades del norte afectadas por las acciones de Hezbolá.
En un esfuerzo por mediar por la paz, un enviado estadounidense visitó ambas naciones a principios de esta semana. Amos Hochstein informó de algunos avances en las conversaciones sobre un posible alto el fuego, aunque se abstuvo de revelar detalles específicos.
Mientras las tensiones siguen aumentando y las crisis humanitarias se profundizan, la comunidad internacional permanece alerta. La peligrosa situación ilustra no sólo una amenaza inmediata a la vida, sino también una inestabilidad regional más amplia que puede tardar años en resolverse.
En este panorama complejo, las partes interesadas deben lidiar tanto con la violencia inmediata como con las soluciones a largo plazo necesarias para la paz.