Respuesta del Servicio Nacional de Salud de Inglaterra a los primeros temores de una pandemia
Durante las fases iniciales de la pandemia de COVID-19, existía una gran preocupación por la saturación de los hospitales. El profesor Sir Stephen Powis, director médico nacional del Servicio Nacional de Salud de Inglaterra, expresó su profunda aprensión por la capacidad del sistema de atención sanitaria para gestionar una afluencia de pacientes. En su testimonio ante la investigación de la COVID, reveló que los funcionarios habían elaborado un borrador de documento destinado a priorizar la atención a los pacientes si el Servicio Nacional de Salud se enfrentaba a una presión extrema.
El borrador del documento, conocido como la herramienta de decisión de Covid-19, fue diseñado para asignar puntos en función de varios factores, entre ellos la edad del paciente, su fragilidad y sus condiciones de salud preexistentes. Una puntuación más alta indicaba una probabilidad de no ser admitido en cuidados intensivos durante tiempos de crisis.
La herramienta asignó cuatro puntos a los pacientes de entre 70 y 75 años y seis puntos a los mayores de 80. Se atribuyeron puntos adicionales por enfermedades crónicas como enfermedades cardíacas o diabetes, mientras que los pacientes terminales con una expectativa de vida de menos de seis meses recibieron automáticamente nueve puntos.
Toma de decisiones bajo presión
Sir Stephen reconoció que los médicos de alto nivel que participaron en la elaboración de estas directrices actuaron con rapidez bajo una intensa presión. Elogió sus esfuerzos, pero destacó las importantes preocupaciones en relación con la participación pública y la transparencia en torno a estas decisiones.
Señaló que, si bien estos médicos realizaron una labor encomiable, la falta de debates más amplios con grupos de pacientes y el público hizo que el proceso fuera controvertido, lo que planteó cuestiones éticas sobre cómo esas decisiones podrían afectar a las personas vulnerables.
La iniciativa finalmente se abandonó el 28 de marzo de 2020, cuando se hizo evidente que se acercaba el pico de la primera ola y que el NHS no superaría su capacidad. Sir Stephen reflexionó sobre este período con inquietud y afirmó que en ese momento había incertidumbre sobre el cumplimiento público de las medidas de confinamiento.
Lecciones para crisis futuras
De cara al futuro, Sir Stephen destacó que el desarrollo de herramientas de puntuación como esta durante una pandemia podría suponer riesgos importantes. Advirtió contra la sustitución del criterio clínico individual por evaluaciones estandarizadas en situaciones de alta presión.
Su recomendación para futuras investigaciones es clara: evitar crear dichos marcos en tiempos de crisis para garantizar que la atención al paciente siga siendo flexible e individualizada.
Al reflexionar sobre estas primeras decisiones tomadas durante una crisis sanitaria mundial sin precedentes, resulta evidente que la mejora continua de las estrategias de respuesta sanitaria es vital para salvaguardar el bienestar de los pacientes en futuras emergencias. Las lecciones aprendidas de esta experiencia sin duda darán forma a la forma en que los sistemas sanitarios se preparan para afrontar desafíos similares en el futuro.