El primer ministro Starmer endurece las normas de aceptación de obsequios para los ministros
En respuesta al creciente escrutinio sobre la aceptación de obsequios y hospitalidad por parte de los ministros laboristas, el Primer Ministro Sir Keir Starmer ha implementado pautas más estrictas destinadas a restablecer la confianza pública en la integridad del gobierno. Esta medida llega después de una serie de controversias que involucran a figuras importantes del partido y sus tratos con donantes adinerados.
Código Ministerial Actualizado
En virtud del código ministerial revisado, los ministros no tienen prohibido de manera tajante aceptar obsequios, pero ahora tienen la obligación de sopesar la necesidad de mantener la confianza pública al tomar tales decisiones.
El código enfatiza que los ministros deben evitar cualquier regalo u hospitalidad que pueda comprometer su juicio o crear un sentido de obligación hacia aquellos que puedan intentar influir en las acciones del gobierno.
Además, se creará un nuevo registro mensual que documentará los obsequios recibidos por los ministros por un valor superior a 140 libras esterlinas. Esto reemplazará el sistema de informes trimestrales anterior y mejorará la transparencia en relación con la conducta ministerial.
Tras su nombramiento en julio, Sir Keir se enfrentó a una reacción violenta por aceptar regalos de mecenas adinerados. Cabe destacar que devolvió más de 6.000 libras esterlinas en regalos, incluidas entradas para un concierto de Taylor Swift, tras la indignación pública. Del mismo modo, ha sido objeto de críticas por aceptar donaciones de ropa del lord laborista Lord Alli.
Para mitigar aún más la controversia, Downing Street anunció que figuras clave como la viceprimera ministra Angela Rayner y la canciller Rachel Reeves ya no aceptarán donaciones de ropa.
Mecanismos de supervisión mejorados
En un cambio importante en materia de rendición de cuentas, el asesor independiente del Primer Ministro en materia de normas ministeriales, Sir Laurie Magnus, tendrá ahora la autoridad de iniciar investigaciones sobre posibles infracciones del código ministerial sin necesidad de obtener el consentimiento previo de Sir Keir. Este cambio supone un cambio significativo respecto de prácticas anteriores en las que el Primer Ministro tenía poder de veto sobre las investigaciones.
Esta reforma formaba parte del manifiesto electoral del Partido Laborista y se ajusta a su compromiso de mantener altos estándares éticos en las operaciones gubernamentales. Si bien Sir Laurie brinda orientación sobre el cumplimiento del código, la decisión final sobre las infracciones y las posibles sanciones recae en el Primer Ministro Starmer.
A medida que estos cambios entran en vigor, señalan un esfuerzo decidido por parte de los líderes laboristas para abordar los desafíos éticos y reconstruir la confianza del electorado durante un período de mayor escrutinio sobre la responsabilidad política.
En un momento en que los debates sobre la transparencia en la gobernanza están cobrando fuerza a nivel mundial, este marco actualizado puede servir como modelo para otras entidades políticas que enfrentan desafíos similares a la hora de mantener estándares éticos.