Una mujer entrega una petición en Downing Street para que se regulen los fuegos artificiales
Julie Doorne, de Grantham, Lincolnshire, se prepara para presentar una petición con más de un millón de firmas en Downing Street. La petición aboga por una normativa más estricta sobre los fuegos artificiales, centrándose en su uso durante festivales tradicionales específicos como la Noche de las Hogueras. Esta iniciativa tiene como objetivo abordar las preocupaciones sobre los efectos de los fuegos artificiales en los animales y las personas vulnerables.
Centrarse en el bienestar animal y la seguridad pública
La campaña de Doorne, que ha obtenido el apoyo de la RSPCA, exige varios cambios. Principalmente, busca limitar el uso de fuegos artificiales a fechas festivas designadas y reducir el nivel máximo de ruido permitido de 120 decibeles a 97 decibeles.
Doorne enfatiza que, si bien se espera que haya fuegos artificiales en ciertas ocasiones, los espectáculos inesperados durante el año pueden angustiar a los animales y a las personas desprevenidas. Aboga por un enfoque más equilibrado en su uso.
Actualmente, es ilegal encender fuegos artificiales entre las 23:00 y las 7:00 horas, excepto en días festivos específicos como Nochevieja y Diwali. La campaña no solo tiene como objetivo reducir el ruido, sino que también solicita que se indiquen claramente los niveles de ruido en los envases de los fuegos artificiales y que se establezca un sistema de licencias para los espectáculos públicos.
Datos recientes de la Social Market Foundation revelan que, si bien el 75 % de los encuestados disfruta de los fuegos artificiales, un abrumador 91 % está abierto a espectáculos alternativos, como láseres o fuegos artificiales silenciosos. Además, hay quienes piden mayores restricciones a los espectáculos privados.
Perspectivas y preocupaciones de la industria
La Asociación Británica de Fuegos Artificiales ha expresado su firme oposición a los cambios regulatorios propuestos, calificándolos de equivocados. El presidente Steve Raper destacó que la mayoría de las personas disfrutan de los fuegos artificiales y argumentó que imponer límites podría afectar significativamente las celebraciones culturales. Advirtió que tales restricciones podrían conducir inadvertidamente a un mercado negro de fuegos artificiales ilegales.
Minoristas como Mike Carter reconocen el cambio en el panorama de las ventas de fuegos artificiales y notan un aumento en las compras para eventos como revelaciones de género y bodas. Sin embargo, también reconocen que los consumidores están cada vez más conscientes sobre el sufrimiento potencial que les causan a los animales.
La RSPCA destaca la importancia de la campaña de Doorne como una posible transformación del bienestar animal. Dado que el 55 % de los dueños de mascotas temen la temporada de fuegos artificiales, abogan por prácticas más responsables en torno al uso de fuegos artificiales.
A medida que continúan los debates en torno a la regulación de los fuegos artificiales, queda claro que equilibrar el disfrute del público con el bienestar animal sigue siendo un desafío complejo.
El diálogo en curso presenta una oportunidad para que las partes interesadas desarrollen en colaboración soluciones que respeten tanto las tradiciones celebratorias como las necesidades de los afectados por la contaminación acústica de los fuegos artificiales.