Los muelles de Gales están repletos de actividad y atraen a una gran variedad de visitantes, desde amantes de la vida salvaje hasta pescadores. En el centro de Gales, el muelle real de Aberystwyth, en Ceredigion, atrae tanto a jugadores como a observadores de aves, especialmente cautivados por los estorninos, que emiten impresionantes murmullos cuando se reúnen. Mientras tanto, en el norte, el muelle Garth de Bangor ofrece una galería de arte, tiendas de artesanía y un salón de té que atraen a muchos.

En un soleado día de octubre en el muelle de Penarth, en el valle de Glamorgan, el pescador Jay Lewis saboreó las tranquilas vistas del estuario de Severn. El hombre de 55 años hizo un viaje de casi una hora desde su casa en Pontypool para disfrutar de esta escapada pacífica. “Lucho contra la depresión y la pesca es lo único que me tranquiliza”, compartió. Jay, que forma parte del Penarth Sea Angling Club, aprecia no solo la oportunidad de pescar lubinas, bacalaos, rayas y anguilas, sino también el ambiente social. “Es gratificante cuando la gente pregunta por mis capturas”, señaló, y agregó que pescar aquí es conveniente por las comodidades cercanas y las espléndidas vistas.

El muelle de Penarth ha sido un punto de referencia local durante 117 años, distinguido por su pabellón art déco y que permite pescar durante nueve meses al año. John Atkinson, de 69 años, pescador local de Llandough desde hace 45 años, encuentra consuelo en este muelle. “La pesca me ayuda a despejar la mente; me distrae de las preocupaciones diarias”, dijo. Disfruta de entablar relaciones con otros pescadores de todo el mundo que lo visitan para aprender sobre las capturas locales.

Más al norte se encuentra el muelle de Llandudno, en el condado de Conwy, el muelle más largo de Gales, de 700 metros de largo, tras ampliarse desde su inauguración en 1858. Esta estructura catalogada de Grado II recibió el galardón de muelle del año de la National Piers Society en 2005. Sin embargo, los desafíos recientes han llevado al cierre de su plataforma de pesca debido a los continuos incidentes de abuso verbal y vandalismo.

En marcado contraste con los problemas de Llandudno, el muelle de New Quay ofrece experiencias con la vida marina. Los viajes desde este muelle se adentran en la bahía de Cardigan, hogar de unos 200 delfines mulares, lo que la convierte en una de las poblaciones más grandes del Reino Unido. El capitán Jonathan Evans comparte con pasión su amor por la observación de delfines después de dejar su carrera de fotografía en Londres para ayudar a su negocio familiar en Gales.

La estructura del muelle de New Quay también crea condiciones ideales para la alimentación de los delfines gracias a los movimientos de las mareas que concentran los peces cerca de su punta. Esta bahía poco profunda proporciona seguridad a los delfines, ya que no tienen depredadores naturales como orcas o tiburones cerca. La tripulante Lauren Walthour destacó que cada encuentro con estas criaturas juguetonas es memorable para los visitantes, atraídos por su inteligencia y encanto.