Esta mañana comenté que el presupuesto sería sustancial y ciertamente ha demostrado serlo. Las primeras indicaciones de la canciller destacaron un aumento significativo de impuestos de 40 mil millones de libras, que es una suma enorme. La dirección general de los anuncios coincide estrechamente con los informes anteriores, aunque se anticiparon algunos aumentos de impuestos que no se materializaron.
Un aspecto destacable es la decisión de mantener congelados varios umbrales impositivos hasta 2028, lo que contradice las expectativas anteriores. Mantener estos umbrales congelados contribuye a la “resistencia fiscal”, lo que resulta en aumentos efectivos de impuestos a medida que la inflación empuja a más personas a tramos impositivos más altos. Es importante señalar que Rachel Reeves tenía la opción de descongelar estos umbrales antes de 2028, pero decidió no hacerlo, lo que deja abierta la posibilidad de extender la congelación en el futuro.
Otro aumento fiscal previsto que no se produjo fue el de los impuestos sobre los combustibles. Sin embargo, dejando de lado esos aumentos, este presupuesto representa un aumento significativo de los impuestos en general. Los fondos recaudados respaldarán iniciativas de gasto, incluidas inversiones en el Sistema Nacional de Salud y en las escuelas de toda Inglaterra. Este enfoque combina una fuerte tributación con importantes compromisos de endeudamiento y gasto.
A pesar de estas medidas, las proyecciones de crecimiento económico siguen siendo modestas y se espera que la inflación supere el objetivo del gobierno del 2%. Surge una pregunta crítica: ¿estos cambios conducirán a una mejora en la vida de las personas? La canciller ha presentado un presupuesto integral y es esencial entender cómo afectará a las finanzas personales.
Reeves anunció planes para generar 25.000 millones de libras mediante aumentos en las contribuciones de los empleadores a la Seguridad Social. Si bien los analistas del gobierno han ajustado al alza sus predicciones de crecimiento para 2024 y 2025, al mismo tiempo han reducido las proyecciones para los años siguientes.
En general, este Presupuesto enfatiza un equilibrio entre recaudar los fondos necesarios a través de impuestos e invertir en servicios vitales mientras se enfrentan desafíos como el lento crecimiento económico y la creciente inflación.