Una madre que sufrió abusos raciales mientras salía con sus hijos expresó cómo este incidente la hizo sentir aislada en un lugar que consideraba su hogar. Shakila Meli, una peluquera de 31 años originaria de Kenia, fue confrontada con comentarios despectivos mientras esperaba en una parada de autobús en Caernarfon, Gwynedd. A pesar de los abusos que recibió, se mantuvo firme y denunció el incidente a la policía.
El acoso comenzó después de que Shakila tomara un autobús a Caernarfon en agosto. Mientras esperaba su viaje de regreso, saludó a una amiga cuando Michael Owen Williams comenzó a insultarla en galés, un idioma que entendía su hija de cinco años, Pegah. La niña corrió hacia Shakila, angustiada, y le informó de los comentarios hirientes que le estaban haciendo, incluidas acusaciones de que eran inmigrantes ilegales.
A la madre de tres hijos le afectaron profundamente estas declaraciones, sobre todo porque ella y su marido habían trabajado incansablemente durante cinco años para conseguir su residencia en Gales. Después de años de lucha y sacrificio para conseguir una vida legal y estable, que la llamaran ilegal fue especialmente doloroso para Shakila.
Cuando Williams se acercó a ella agresivamente, la hija de Shakila los instó a huir, pero Shakila se mantuvo firme. Williams continuó con sus burlas, desafiándola a responder físicamente. En su desesperación por ayuda, Shakila llamó a la policía mientras un transeúnte intervino para protegerla de la agresión de Williams.
La policía llegó rápidamente y arrestó a Williams en el lugar. Shakila sintió un inmenso alivio al ver que las fuerzas del orden actuaban con decisión contra él. El encuentro la dejó conmocionada, pero agradecida por el apoyo de quienes la rodeaban. Aunque encuentra mucha amabilidad entre los residentes locales, este incidente la hizo preguntarse si podría seguir viviendo en Caernarfon sin miedo.
Después, le contó a su marido que se sentía insegura y que su hija quería regresar a Kenia debido al impacto que el incidente había tenido en su bienestar mental. Pegah expresó su angustia por sentirse mal recibida en su entorno actual.
Williams finalmente se declaró culpable de acoso racial agravado y fue sentenciado a más de dos años de prisión. Este veredicto ayudó a restaurar parte de la confianza de Shakila en la seguridad de la comunidad y demostró que ese tipo de comportamiento no sería tolerado.
Shakila destacó que todos compartimos emociones comunes, independientemente de la raza o las creencias, y llamó a la unidad contra la discriminación. Su mensaje destaca la importancia de apoyarnos mutuamente y fomentar el amor en la sociedad en medio de los desafíos globales actuales.